-Vikings-

-Vikings-

Un pueblo sin cuernos




El punto fuerte de este serie y que más me ha atrapado por consiguiente es su capacidad didáctica. No he navegado muy profundamente por internet viendo cuan grande es su rigor histórico pero si es cierto que ha logrado despertar mi interés cultural, y eso creo que forma parte de la finalidad que pretendía el canal “History” con dicha producción.

Técnicamente no hay que llorarle nada, es muy aceptable y el baile entre la alta definición y la naturaleza siempre da resultados óptimos. El único detalle quisquilloso es el abuso del azul de los ojos de Travis Fimmel que en ciertos planos exageran demasiado en postproducción.

A los personajes no se les puede decir mucho. Cada uno es lo que tiene ser, y en el primer capítulo te dejan claro que:

-Ragnar va a ser un rebelde inconformista.
-Rollo le va a tener mucha envidia a su hermano (de hecho su actitud a veces es demasiado infantil) -Lathgertha se sabe cuidar sola.
-Floki (se mataron pensando en el nombre) iba a ser una buena representación del dios Loki en “cura” del amado Loki de Tom Hiddleston.

Y quiero hacer especial hincapié en la figura del sacerdote Athelstan. Me parece una gran idea argumental introducir a este espectador silencioso y a su vez portavoz de los cristianos. ¿Por qué? Pues porque seguramente la gran mayoría de los televidentes que vean la serie pertenezcan a esa fe y agradezcan algo “conocido”, un personaje con el que poder contrastar realmente la vida y religión vikingas.

Del argumento decir que de momento son solo nueve capítulos donde han pasado muchas cosas. La velocidad narrativa de la serie es alta, las estaciones pasan con muchísima rapidez y con ellas los hechos. No tengo la sensación de ver “Vikings” por lo que pasará en el siguiente capítulo ya que no me deja esa intriga en la mente, la veo por lo que me enseña y por ser causante de mi búsqueda de libros que aborden la Mitología Nórdica.

Esto último me enlaza con el principio de mi entrada y es que saber mezclar la capacidad de enseñar con lo épico y a su vez con la siempre matriarca comercialización es muy difícil y aquí se ha conseguido. Aún así habrá que ser pacientes y ver como aguantan un cóctel tan explosivo durante más temporadas. Si en algún momento pretenden ser más didácticos que épicos...boom...o más épicos que didácticos...boom también...así que a disfrutar y a no restar mérito alguno a “Vikings”.

Como coletilla final quiero compartir algo que comenté con un buen amigo y que por lo que se ve en internet no somos los únicos en darse cuenta:



Jax Teller y Ragnar Lodbrok, más conocidos como Charlie Hunnam y Travis Fimmel. El parecido físico de sus personajes es más que obvio. Pero aparte si te fijas en ciertos gestos de Ragnar a veces ves a Jax inevitablemente. Pensaba que se debía a las cinco temporadas de “Sons of Anarchy” (serie que protagoniza Charlie Hunnam) que me metí entre pecho y espalda en las últimas semanas. Pero parece más que alguien supo en quién fijarse a la hora de crear una representación moderna del histórico rey vikingo.


Conclusión: 


Una buena serie con la humilde intención de enseñarnos quienes eran los vikingos en realidad y en que creían.


-Bravely Default-

-Bravely Default-

Una hermosa trampa tendida por Square-Enix




Tras haber exprimido esta delicia entiendo como la compañía nos ha engañado realmente. “Bravely Default” se presenta como un RPG a la vieja usanza (turnos), como si se tratase de aquel Final Fantasy XII que tuvo que ser y nunca fue (a nuestro parecer). Curiosamente nos llega en la época de la conclusión de la “polémica” saga de Final Fantasy XIII donde el sistema de combate se acelera notablemente. Y claro, el contraste hace que parezca que Square-Enix sí sabe hacer juegos como FF I-X y que nos toman el pelo. Pero es... ¡Mentira!

Bravely Default goza de la misma rapidez en combate que Final Fantasy XIII. Es un RPG a la vieja usanza dopado de nueva usanza. Todos hemos querido entrenar y subir nivel en combate y todos habremos notado la diferencia entre BD y FFVII mismamente. Todo por dos detalles: avanzar la velocidad de reproducción de forma escandalosa y la predeterminación de las ordenes de combate. Lo que quiere decir que pulsando dos veces la cruceta hacia la derecha e “Y” acabamos el combate sin hacer nada. El caso es que estos elementos tampoco son nuevos en el mundo del RPG pero nunca los había disfrutado de forma tan descarada.

Y es que en mi opinión a Square-Enix no tenemos que darles clases de nada en absoluto. Saben defenderse y solo se adaptan a los tiempos que corren. La sociedad vive realmente acelerada, hace años las madres decían “ya os lo contaréis mañana en clase, cuelga” (existía el mañana) y ahora tenemos que responder a ese whatsapp o escribir ese tweet con rapidez o sufriremos las consecuencias sociales (porque el mañana no existe para nosotros).

Los protagonistas: Tiz, Agnes, Edea y Ringabel son unos claros estereotipos de lo que necesita un grupo de cuatro héroes que vaya a enfrentarse al mundo. Sus personalidades y formas de actuar no son innovadoras, son exactamente lo que queremos que sean en este juego. Queremos esos personajes sencillos que nos hacían disfrutar sin complicaciones y se deslizan tranquilamente por la trama.  

En el resto de apartados técnicos Bravely Default destaca sobresalientemente. El diseño de entornos está cuidadísimo, la banda sonora es perfecta y hace muy buen uso del 3D. Le falta mucho que pulir en lo que “extras” se refiere, es pobre en ese sentido. La mazmorra oculta no es que haya sido muy trabajada y el “jefe final secreto” se le ve venir. Respecto al argumento no está nada mal planteado pero me resultó algo “abusivo”.

Con todo, lo he disfrutado como un enano y el detalle del trailer de “Bravely Second” al final ha subido mi hype muy agradecidamente.

Conclusión: 


Caer en esta hermosa trampa merece la pena.